El GPS el cerebro: cómo logra saber dónde estamos nosotros y los otros

A medida que aumentan los casos de COVID, distanciarse físicamente de otras personas es cada vez más importante. Ahora, un nuevo estudio de  Universidad de California y Los Ángeles (UCLA) revela cómo el cerebro navega por lugares y monitorea a otra persona en el mismo lugar.

La revista Nature publica hoy 23 de diciembre de 2020, los hallazgos sugieren que nuestro cerebro genera un código común para marcar dónde están otras personas en relación con nosotros. “Estudiamos cómo reacciona nuestro cerebro cuando navegamos por un espacio físico, primero solos y luego con otros“, dice la autora principal del estudio, Nanthia Suthana, catedrática de neurocirugía en Ruth y Raymond Stotter y profesora asistente de neurocirugía y psiquiatría en la Escuela David Geffe of Medicine en UCLA y Jane and Terry Semel Institute for Neuroscience and Human Behavior.

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Nuestros resultados implican que nuestros cerebros crean una firma universal para ponernos en el lugar de otra persona“, agregó Suthana, cuyo laboratorio estudia cómo se forma el cerebro y recuerda los recuerdos.

Suthana y sus colegas observaron a pacientes con epilepsia cuyos cerebros habían sido implantados quirúrgicamente con electrodos para controlar sus convulsiones. Los electrodos se colocaban en el lóbulo temporal medial, el centro del cerebro vinculado a la memoria y que se sospecha regula la navegación, al igual que un dispositivo GPS.

Nuestro GPS cerebral se activa también cuando posicionamos a otros

Estudios anteriores han demostrado que las ondas cerebrales de baja frecuencia de las neuronas en el lóbulo temporal medial ayudan a los roedores a realizar un seguimiento de dónde se encuentran mientras navegan por un nuevo lugar“, dijo el primer autor Matthias Stangl, investigador postdoctoral del laboratorio de Suthana. “Queríamos investigar esta idea en las personas y probar si también podían monitorear a otras personas cercanas, pero la tecnología existente nos obstaculizó.”, matiza el investigador.

Crearon una mochila especial que se adhería a los electrodos cerebrales

El avance de la tecnología fue clave para el descubrimiento. Esta investigación tuvo lugar gracias a un premio de 3,3 millones de dólares de la Iniciativa BRAIN de los Institutos Nacionales de Salud en Estados Unidos, con esta inversión el laboratorio de Suthana inventó una mochila especial que contiene una computadora que se conecta de forma inalámbrica a electrodos cerebrales. Esto le permitió estudiar sujetos de investigación mientras se movían libremente en lugar de quedarse quietos en un escáner cerebral o conectados a un dispositivo de grabación.

En este experimento, cada paciente usó la mochila y se le indicó que explorara una habitación vacía, encontrara un lugar escondido y lo recordara para futuras búsquedas. Mientras caminaban, la mochila registró sus ondas cerebrales, movimientos oculares y trayectorias a través de la habitación en tiempo real.

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A medida que los participantes registraban la habitación, sus ondas cerebrales fluían en un patrón distintivo, lo que sugiere que el cerebro de cada persona había trazado las paredes y otros límites. Curiosamente, las ondas cerebrales de los pacientes también fluyeron de manera similar cuando se sentaron en una esquina de la habitación y vieron a alguien más acercarse a la ubicación del lugar oculto.

El hallazgo implica que nuestros cerebros producen el mismo patrón para rastrear dónde estamos nosotros y otras personas en un entorno compartido.

¿Por qué es importante el hallazgo?

Las actividades diarias requieren que naveguemos constantemente alrededor de otras personas en el mismo lugar“, dijo Suthana, quien también es profesora asistente de psicología en la Facultad de Letras y Ciencias de la UCLA y de bioingeniería en la Escuela de Ingeniería Henry Samueli. “Considere elegir la línea de seguridad del aeropuerto más corta, buscar un espacio en un estacionamiento lleno de gente o evitar toparse con alguien en la pista de baile“.

Nuestra atención y concentración mejora el posicionamiento

En un hallazgo secundario, el equipo de UCLA descubrió que aquello a lo que prestamos atención puede influir en cómo nuestros cerebros trazan un mapa de una ubicación. Por ejemplo, las ondas cerebrales de los pacientes fluían más fuertes cuando buscaban el lugar oculto, o presenciaban a otra persona acercarse al lugar, que cuando simplemente exploraban la habitación.

Nuestros resultados apoyan la idea de que, bajo ciertos estados mentales, este patrón de ondas cerebrales puede ayudarnos a reconocer los límites“, dijo Stangl. “En este caso, fue cuando las personas se concentraron en un objetivo y buscaban algo“.

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Los estudios futuros explorarán cómo reaccionan los patrones cerebrales de las personas en situaciones sociales más complejas, incluso fuera del laboratorio. El equipo de UCLA ha puesto la mochila a disposición de otros investigadores para acelerar los descubrimientos sobre el cerebro y los trastornos cerebrales.

Fuente y referencias

Fuente: Universidad de California y Los Ángeles

Referencia del estudio:

Stangl, M., Topalovic, U., Inman, C.S. et al. (2020). Boundary-anchored neural mechanisms of location-encoding for self and others. Nature. https://doi.org/10.1038/s41586-020-03073-y

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