Entender las emociones de los niños juega un papel esencial para la mejora de nuestro comportamiento ante situaciones a veces difíciles de controlar como son las rabietas infantiles, aunque en psicología es más adecuado denominarlas como comportamientos inadecuados al contexto. La inteligencia emocional, según Daniel Goleman (1995), se desarrolla a lo largo de la vida del niño, por lo que en edades tempranas a veces no son capaces de controlar sus emociones como creen los adultos que pueden. En este aspecto también cumple una función esencial la empatía para comprender mejor lo que le ocurre al niño, para ello lo mejor es tener información y herramientas adecuadas para ello. Vamos a tratar de dar algunas pinceladas sobre diversos aspectos relativas a las rabietas.
La frustración que genera el no saber controlar a nuestros propios hijos es un sentimiento que lleva a muchos padres a la desesperación, por lo que en estos casos siempre es adecuado informarse y conseguir las mejores herramientas para el manejo de situaciones emocionales con especialistas en psicología infantil, que no dejarán que te dominen estas situaciones y aliviarán estos conflictos familiares tan comunes. No pasa nada por no saber, pero estás a tiempo de aprender.
La rabieta: la emoción de enfado en construcción
El enfado es una respuesta emocional natural, cumple funciones evolutivas cruciales en la comunicación de necesidades y limitaciones de los niños sobre el entorno que les rodea y sobre sí mismos. La emoción de enfado cumple, entre otras, funciones tales como:
- Señalización de las amenazas y limitación de fronteras personales: ayuda a las personas a identificar situaciones que van en contra de sus valores o expectativas.
- Movilización de Energía: nos prepara para afrontar obstáculos a nivel fisiológicos. Por eso, es incontrolable para el niño al no saber todavía distinguir una amenaza real sobre la que no lo es, pero al no saberlo fisiológicamente se activa igual y lo representa en sus máximos porque no entiende todavía que no hace falta.
- Expresión de necesidades: es un sistema de comunicación, por eso los padres debemos aprender a identificar qué nos quiere decir esa expresión emocional y enseñarle al niño a identificar cuando es correcto expresarla y cuando no.
La rabieta no deja de ser un enfado por algo que en el fondo le ha molestado al niño, sea o no coherente, para su expresión emocional en ese momento sí lo es, pero que trata de comunicar ese malestar a los demás.
La rabieta, en su evolución, se convierte en un medio para buscar autonomía e afirmar la identidad del niño. Los pequeños, aún aprendiendo a comprender y regular sus emociones, recurren al enfado como una herramienta en desarrollo. Los adultos desempeñan un papel crucial al modelar respuestas saludables y enseñar estrategias de regulación emocional.
Estrategias Efectivas para Manejar Rabietas
Vamos a presentar algunas herramientas tácticas para la mejora del manejo de estos comportamientos inadecuados de los niños:
- Comunicación Positiva: Fomentar un diálogo abierto y seguro. Por ejemplo, en lugar de “deja de llorar”, decir “entiendo que estás molesto. ¿Puedes decirme qué te está frustrando?”.
- Establecimiento de Rutinas: La consistencia proporciona un entorno predecible. Por ejemplo, establecer horarios para comidas y sueño.
- Enseñar Habilidades de Regulación Emocional: Ofrecer técnicas prácticas. Por ejemplo, enseñar a respirar profundamente cuando se sientan abrumados.
- Reforzar el Comportamiento Positivo: Reconocer y recompensar conductas positivas. Por ejemplo, elogiar el buen comportamiento después de una situación desafiante.
- Modelado de Comportamiento: Ser un modelo de manejo de emociones. Por ejemplo, expresar verbalmente “Me siento frustrado” en lugar de reaccionar impulsivamente.
Qué NO Hacer: Mitos sobre Rabietas Infantiles
Abordemos mitos comunes de comportamientos que se suelen realizar pero que no son los más apropiados para eliminar las rabietas, o bien para un buen desarrollo emocional del niño:
- Castigos Severos: los castigos severos no solo son ineficaces, sino que también pueden aumentar la intensidad de las rabietas.
- Ignorar por Completo: Ignorar puede hacer que el niño se sienta desatendido, empeorando la situación.
- Ceder Constantemente: De esta forma las rabietas se convierten en un medio que se refuerza así mismo como medio para obtener lo que quieren.
Si tienes dudas de cómo afrontar las rabietas de los más pequeños de la casa consulta con un profesional en psicología infantil.