Los seres humanos tenemos la tendencia de creernos invulnerables. Esto en principio es una gran ayuda para sobrellevar nuestros días sin estar pensando en desgracias futuras. Sin embargo, la delgada línea que une la vida de la muerte está tan presente y a la vez la sentimos tan lejana que cuando una persona cercana a nosotros perece nunca llegamos a estar preparados del todo para afrontarlo. Sobre todo cuando se trata de alguien tan importante como un hijo.
El dolor de la muerte
La pérdida de un hijo, sobre en sus etapas iniciales de la vida con son más vulnerables y su protección depende de nosotros es una sensación diferente al resto de pérdidas. Tras la conmoción inicial, la frustración lógica por la pérdida y la impotencia generada siguen persistiendo en muchas ocasiones una desolación que en ocasiones debe ser acompañada de ayuda profesional, tal como indica la guía sobre superar la muerte de un hijo según Interfunerarias. Compartir tu dolencia es parte importante de superar el sentimiento de culpa que se genera cuando no somos capaces de gestionar emocionalmente la pérdida.
Fases del duelo por la pérdida de un hijo
El título de este artículo debería llamarse como aliviar la pérdida de un hijo, ya que la superación completa es prácticamente imposible cuando se nos va algo tan sumamente importante, una parte de nosotros. El alivio de esa situación comienza con el entendimiento de que el dolor es parte del proceso de duelo, que en toda pérdida suele constar de cinco etapas diferenciadas:
- Negación.
- Ira.
- Negociación.
- Depresión.
- Aceptación.
Consejos para aliviar la muerte de un hijo
Llegar a esta última fase de la manera más estable es el objetivo de la superación. Para ello algunos de los consejos que debes tener en cuenta son, entre otros:
- Evitar el aislamiento. Aunque en un primer momento puede parecer hasta una necesidad, no es lo mismo permitirse la soledad que sentirse aislado. Permite que tu comunidad más cercana te arrope.
- Decisiones importantes. Tras la muerte, existen muchas obligaciones y otras decisiones que se deben tomar derivadas de la muerte del hijo: venta de propiedades, trámites administrativos, etc. Permítete dar un tiempo relativo para poder hacerlo y deja que te ayuden en caso de necesitar motivación para hacerlo
- Liberación emocional Llorar no es malo, solo lo es cuando se hace en situaciones inadaptadas, pero no es el caso de la muerte de un hijo, que conlleva un dolor tremendo. Permítete sentir ese dolor y liberar emocionalmente tu tristeza. Puedes ayudarte con ello mediante la expresión escrita, hablada u otras formas de expresión como el baile o la pintura, o incluso practicando algún deporte.
- Recuerdos. La persona que hemos perdido ha formado parte de nuestra vida y recordar esos momentos es parte del proceso de alivio del dolor. Al principio será complejo vivenciarlos, pero su exposición paulatina será de ayuda. Lo mismo sucede cuando se acercan los días más señalados como cumpleaños o similares, prepárate para ellos.
- Piensa en ti. La vida, por muy dura que sea, sigue adelante. Permítete pensar en ti mismo, descansar, salir, viajar, moverse y cuidarse para que nuestra mente se mantenga activa en continuar con la vida y mantenerse motivados.
- Ayuda profesional, si a pesar de ello sientes un vacío que te mantiene inmovilizado, lo mejor sería acudir a un psicólogo profesional que te ayude a mejorar la gestión emocional de la pérdida, como parte de este doloroso proceso.
La pérdida forma parte de nuestras vidas y debemos estar preparados para ella. El dolor persiste pero también nos hace más resilientes. Ánimo